Las compañías que cuentan con plantillas motivadas son las que gozan de los mejores resultados. Los individuos que experimentan este sentimiento positivo rinden más en sus tareas, emplean mejor su tiempo y consiguen alcanzar con más facilidad los propósitos marcados por la empresa. Una maquinaria adecuada y un equipo humano proactivo garantizan beneficios para la misma y para el propio trabajador.
Existen una serie de factores que influyen en la motivación del empleado y que pueden servir de guía a un equipo directivo para poder lograr el rendimiento deseado:
1. Al empleado le debe gustar el puesto asignado. No solo interesa que este cuente con la destreza y que lo pueda desempeñar. Se ha de conocer también si dicho trabajador rendiría más con una mayor dificultad (o viceversa).
2. Lo ideal es que los nuevos empleados se sientan parte de la empresa desde el primer día. Esto influirá de manera muy positiva en ellos y en la propia compañía.
3. La plantilla debe disponer de unos objetivos bien definidos, en pos de la superación y el crecimiento personal.
4. Una buena manera de reconocer el trabajo y de motivar consiste en premiar a los empleados cuando logren los objetivos marcados.
5. El sueldo no es la única forma de estimular a los trabajadores; no obstante, resulta importante que este se ajuste adecuadamente a su rendimiento productivo.
6. Disponer de las herramientas precisas y que la empresa incorpore nuevas tecnologías e innovación son factores de relevancia para generar motivación.
7. Formar a los trabajadores resulta igualmente fundamental: contribuirá a su satisfacción personal y les hará aspirar a más.
8. Deben ser conscientes de su productividad dentro de la empresa.
Estos son algunos de los factores clave que conducen a una óptima predisposición de los trabajadores dentro de una empresa. Sin duda, la motivación es una poderosa arma que conduce al éxito.
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