Pocas personas son conscientes de lo complejo que resulta un proceso de demolición. Y es que no solamente hablamos de llevar la maquinaria de demolición hasta el lugar indicado y proceder a derribarlo, sin más… Detrás de todo eso hay mucha preparación y un proceso de innovación tecnológica constante que ha ido haciendo estas demoliciones cada vez más seguras. Pero, ¿cuáles son los pasos a seguir?
Lo primero que debe hacer la empresa encargada del proceso es inspeccionar el interior del edifico a demoler, con el fin de constatar la existencia de productos peligrosos y algunos otros elementos, como recambios de maquinaria industrial en su interior. Este paso previo es de gran importancia, pues los productos, especialmente los tóxicos, tienen que ser gestionados por empresas autorizadas para ello.
Después se hace un proceso selectivo de demolición, que incluirá la limpieza de la zona donde se va a realizar la demolición, señalizar la misma, retirada de desechos, desinstalación de diferentes redes de electricidad y fontanería y desarme de elementos exteriores de tipo ornamental, como falsos techos.
A continuación, realizará un control de las emisiones de polvo, regando con frecuencia los escombros que se van generando y disponiendo cortinas para aislarlos. También se procederá a clasificar todos los desechos, con el fin de reciclar aquellos que pudieran ser aptos de una reutilización.
Igualmente, hay que preparar la demolición propiamente dicha, disponiendo con ayuda de profesionales las cargas en los lugares establecidos del edificio y estableciendo siempre un perímetro de seguridad de la suficiente amplitud.
Procedida la demolición, no acaba el trabajo de la empresa, que debe limpiar el terreno y dejarlo practicable de cara al futuro con la mayor brevedad, intentando allanarlo y limpiarlo por completo. Sin duda, todo un proceso largo y complicado del que muchas veces no somos conscientes.
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