El éxito empresarial hay que buscarlo, independientemente del sector en el que esté la empresa, tanto si son profesionales, como fontaneros o abogados; como si son empresas de maquinaria industrial, maquinaria de demolición o empresas de servicios. Todas ellas deben arriesgar y apostar por la innovación tecnológica y otras inversiones necesarias para mejorar la rentabilidad.
Uno de estos luchadores es Pierre Omidar. Comenzó en 1995 a subastar cosas en su web. Pasó el tiempo y el tráfico era tan grande que tuvo que aumentar el alojamiento, cobrando para hacer frente a los gastos a las personas que subastaban sus productos. Hoy en día esa idea es eBay.
También hay emprendedores en el mundo de la alimentación y bebidas. John Ferolito y Don Vultaggio comenzaron en la parte trasera de un autobús a fabricar cerveza casera en los años 70: fueron viendo cómo crecía su negocio y hoy son los propietarios de Arizona Green Tea. Matt Maloney y Mike Evans, cansados de llamar a restaurantes para pedir la cena, centralizaron el servicio en GrubHub, que hoy vale 3.000 millones de dólares. Howard Schultz quería vender el mejor café y, con ayuda del que era su jefe, montó Starbucks.
Otro ejemplo es el de Steve Wozniak y Steve Jobs, que dejaron la universidad para fundar su propia marca: Apple. O el de Konosuke Matsushita, al que en 1917 se le ocurrió la idea de la luz mejorada: nadie apostó por él, pero su empresa es una de las más fuertes hoy en día: Panasonic.
A veces parece que todo está inventado, pero es necesario encontrar la oportunidad y trabajar en ello para que una idea salga adelante. Seguro que a la primera persona en poner en marcha un negocio de recambios de maquinaria le llamaron loco, pero ahora son muchas las empresas que se dedican a ello.