La innovación es uno de los elementos de mayor atención e importancia en las empresas pero algo que muchas aún son reacias a reconocer es cómo además de la tecnología o la maquinaria, la cultura corporativa supone un verdadero estímulo si se realiza de forma democrática y no jerárquica. Según encuestas realizadas por la compañía Plante Moran PLLC de Michigan, la cultura afecta a la innovación y al crecimiento de la empresa. Lo hace a través de los valores compartidos por el personal, los vínculos organizacionales basados en el compromiso o el cambio continuo.
El 100% de los encuestados se sintieron mucho más cómodos si sus ambientes de trabajo eran colaboradores y sus líderes resultaban accesibles. Pero esto se conseguía aportando una serie de herramientas necesarias para este buen ambiente de trabajo, tales como ordenadores portátiles, acceso a Internet, un mayor almacenamiento, un adecuado asesoramiento para el correcto paso de las ideas a la ejecución de estas, etc. El secreto de una empresa que resulta innovadora es contar con una buena cultura corporativa. La mayoría de las empresas encuestadas consideraban que tenían una adecuada cultura pero esto solamente lo compartía el 10% de los trabajadores encuestados, quienes recibían un 30% más de ingresos.
Cada vez, mayor número de empresas cuentan con una partida del presupuesto para I+D. El 60% de estas han visto aumentar sus ingresos gracias a la innovación, mientras que el 75% de las que no contaban con esta partida en I+D no lo han hecho. Resulta fundamental que el equipo de trabajadores perciba la innovación como un valor en la organización empresarial y se comprometan con ella, a través de valores como la creatividad, libertad, autonomía, suficiencia de recursos, tolerancia al riesgo o la orientación al aprendizaje continuo. Todo esto, en resumen, favorece de forma exponencial la innovación, mientras que una estructura jerárquica con valores contrarios, la perjudica.